Vení, así sea un ratico
Cuando mi abuela falleció solo pensaba en el día de mis grados, siempre soñé con que ella estuviera presente en ese día, así no asistiera a la ceremonia.
¡Vení arañame un ratico!
Esta mujer para mi, era como mi segunda madre. La gran mayoría de mi vida viví con ella y fue quien enseño las cosas más elementales de la primaria como lo es leer, escribir, sumar y restar. Ella en sus tiempos era profesora y aunque ya no hiciera parte de una institución fue mi maestra.
Sé que ella en el lugar que este (seguro está en el mejor de todos) está completamente orgullosa de mi, de todo lo que he logrado hasta ahora, y no hablo solamente de los logros académicos sino también de lo mucho que he crecido como persona.
Ella fue mi compañía durante muchos años, durante algún tiempo fue el mejor apoyo que pude tener, todos los días de mi vida le agradezco a Dios por haberme permitido conocerte y poder aprender tantas cosas de ti.
El día que llegue a tener los tres hijos que quiero y sienta estar entrando en una desesperación pensare en ti, en como una mujer fue capaz de sacar adelante con tanto amor a sus 12 hijos y 20 nietos.
Tengo un tablero en mi habitación lleno de cosas pendientes de la universidad, pero ahí hay algo muy importante y es una foto nuestra, la cual cada que miro pienso en lo mucho que amo a mi viejita.
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